Una escritora y su marido, un productor de anuncios encargan esta sencilla vivienda urbana en la que el disfrute del jardín existente y un espacio interior "limpio y sencillo" son los principales requisitos.
La parcela de tan solo 92,30 metros cuadrados abarca la vivienda y el jardín.
Los clientes insistieron en que la casa fuera "neutra" como un lienzo blanco que no influyera o distrajera a sus hijos. Preferían un carácter más espiritual, una vivienda que se mira a si misma, hacia dentro.
La parcela de tan solo 92,30 metros cuadrados abarca la vivienda y el jardín.
Los clientes insistieron en que la casa fuera "neutra" como un lienzo blanco que no influyera o distrajera a sus hijos. Preferían un carácter más espiritual, una vivienda que se mira a si misma, hacia dentro.
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